Una estructura tiene que soportar su
propio peso, el de las cargas que sujetan y también fuerzas exteriores como el
viento, las olas, etc.
Por eso, cada elemento de una estructura tiene que resistir diversos tipos de fuerzas sin deformarse ni romperse. Los tipos esfuerzo más importantes que soportan son:
Tracción: Si sobre los extremos de un elemento
de la estructura actúan dos fuerzas opuestas que tienden a estirarlo, el elemento sufre tracción. Es el tipo de
esfuerzo que soportan los tirantes y los tensores.
Compresión:
Flexión:
Si sobre un elemento de la estructura
actúan fuerzas que tienden a doblarlo,
el elemento sufre flexión. Es el tipo de esfuerzo que soportan las vigas y las
cerchas.
Torsión: Si sobre un elemento de la estructura actúan
fuerzas que tienden a retorcerlo, el
elemento sufre torsión. Es el tipo de esfuerzo que soporta una llave girando en
una cerradura.
Cortadura o cizalladura:
Si sobre un elemento de la estructura actúan fuerzas que tienden a cortarlo o desgarrarlo, el elemento sufre cortadura.